Movimientos Telúricos.
Hace poco fue el terremoto que afectó a nuestra querida Arica. La gente reaccionó bien y afortunadamente no hubo bajas que lamentar sin perjuicio de los daños materiales en diversas casas, fundamentalmente, de la población guañacagüa.
Las cosas han vuelto, paulatinamente a la normalidad, a pesar del sensacionalismo de las noticias o, para ser más precisos, de la manera en la cual se entregan los hechos a la población.
Muchos aún esperan el llamado Megasismo que se supone significaría una cambio en la morfología de la ciudad produciendo una devastación total.
No me extenderé más sobre este asunto ya que forma parte de como visualizamos el comportamiento que en el futuro tendrá la naturaleza y en mi caso creo que es mejor tirar el carro para adelante ( sic)
Otro movimiento telúrico se viene para nuestra región. Esta vez de carácter jurídico. Hoy Bolivia, finalmente, presenta su tan anunciada demanda en la Haya incluso, en un hecho inaudito, al parecer, con la comparecencia del Presidente Evo Morales.
Según trascendidos el libelo fundamenta su petición en derechos expectaticios originados básicamente por el ofrecimiento que hiciera Pinochet en el famoso abrazo de Charaña.
Es conocido el aforismo que reza que las expectativas no crean derechos así como también es de público conocimiento que el tratado del 1929 obliga a la aquiescencia del Perú para que Chile ceda a cualquier título un determinado territorio a Bolivia; como en el caso que nos ocupa, un corredor al norte de la línea de la concordia con plena soberanía para el país altiplánico.
A diferencia del esperado mega sismo que se alimenta de nuestros miedos por temor a la naturaleza y que por lo tanto no depende de nosotros, el futuro movimiento que se viene, a raíz de la demanda Boliviana, es un terremoto que nuestras autoridades sabrán controlar, partiendo por ejemplo en definir, si esta vez, a diferencia con la demanda Peruana, se opondrán excepciones de previo y especial pronunciamiento.
Chile no puede perder su frontera con el Perú. Sería un desastre económico y un cambio radical en el modus vivendi de los Ariqueños.
Nuestras autoridades sabrán que hacer.
Así al menos el suscrito lo avizora.
José Luis Araya Urrutia
Agente de Aduana.
Abogado
Comentarios recientes